"Construiré una fuerza en la que me refugiaré para siempre" .
(Simone de Beauvoir)

25 de noviembre de 2015

Me siento un personaje de Hopper.

Sales de dentro de mí y te sientas en el borde de la cama, enfrente de la ventana. 

La escena es gris.
La luz es gris.
La habitación es gris.
Tú eres gris.

La distribución de la escena es exactamente igual a los cuadros de Edward Hopper, solo que le faltan los colores.
 

Me froto los ojos pues pienso que quizá mi retina es la que ha cambiado los tonos.
Te observo: Veo tu perfil anguloso, el gesto duro, te quedas como inerte y yo me distancio de la escena me sitúo al otro lado del cuadro, miro desde fuera;  y no soy mas que un espectador... Un “Voyeur” de las obras de Hopper, disfrutando en el exterior , aparcando los sentimientos y  la empatía.


En un momento entiendo la complejidad de las personas, veo cierto erotismo en las escenas cotidianas, encuentro placer en ese voyeurismo ávido de realidades. 

Quiero averiguar que les ocurre a estas personas, examinar esas atmósferas frías y geométricas, busco personajes paralizados en sus escenas de desolación.

Me apasionan esos protagonistas cortados por el silencio. Héroes de la desidia, interpretes de lo cotidiano, de una vulgaridad tan aplastante que reconozco los mobiliarios, las luces y las sombras



En mi cuadro es más importante la luz que el color, la luz que ilumina el descubrimiento.

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