En el
sueño sonaba Nutshell, se dejaba caer a la misma velocidad que la
voz de Layne Staley.
Se
extendía un profundo abismo bajo sus pies, sabía que era imposible parar la caída,
podía haberlo hecho en su momento, ahora solo quedaba rezar una canción, encomendarse
a su oración, agarrarse a la jodida
canción y dejarse llevar, no había vuelta atrás.
Wayfaring Stranged es la canción de la soledad en su estado más puro. Saberse
extranjero, solo, extraño. Da igual un
vaquero en los Apalaches que vivir en la soledad repleta de Madrid.
El lamento del banjo es la desolación en un porche de una
casita sureña, es la tristeza de los ojos que solo miran los sucios zapatos de
sus semejantes en el metro.
Waifaring Stranged es un camino duro y polvoriento en el que
tienes la certeza de que siempre hay un hermoso amanecer.
Posiblemente uno de los temas mas versionados de la
historia, su origen desconocido se remonta a principios del siglo XIX, un tema
espiritual que basa sus orígenes en la música afroamericana, también con
posibles raíces irlandesas. En 1940 Burl Ives (cantante, actor) tenía un show radiofónico
llamado “The Wayfaring Stranger” y esta balada se puso de moda.
El folk americano la hace suya y es interpretada y reinterpretrada
hasta la saciedad en estilos pop, country, folk etc.. en la voz de artistas
como Joan Báez, Tim Buckley, Johnny Cash, Dolly Parton, 16 horsepower, Alison Krauss entre otros.