Los Gabinetes de curiosidades exponían multitud de objetos raros o extraños. Se coleccionaban piezas que representaban a los reinos de la naturaleza tal y como se entendían en la época, además de realizaciones humanas como instrumentos técnicamente avanzados.
En algunos casos estas colecciones podían incluir cuadros, pinturas, grabados, piezas arqueológicas, aparatos quirúrgicos, animales disecados etc.
Los gabinetes solían organizarse en cuatro categorías: Naturalia (criaturas y objetos naturales), Exótica (plantas y animales exóticos, Scientifica (instrumentos científicos) y Artificialia (Antigüedades, obras de arte y otros objetos creados por la mano del hombre). Las colecciones de Naturalia, a su vez se dividían en función de los tres reinos que consideraban entonces: Animalia, Vegetalia y Mineralia.
Algunos hallazgos procedían de las nuevas exploraciones y descubrimientos del siglo XVI y XVII.
Se editaron catálogos con ilustraciones que permitieron a los científicos de la época el acceso a fósiles, conchas e insectos que facilitaron el estudio de ciertas disciplinas.
Tuvieron gran importancia en los avances de la ciencia moderna aunque también reflejaban creencias populares de la época.
Se podían encontrar supuestos esqueletos de sirenas y otros seres míticos, sangre de dragón, seres con malformaciones, objetos relacionados con el ocultismo y la alquimia.
No solo los científicos sino también el gran público disfrutaba visitando estas exposiciones atestadas de rarezas y objetos singulares.
También llamados Los cuartos de Maravillas, son los antecesores directos de los museos de la actualidad. En el siglo XVIII y XIX fueron desapareciendo y las piezas se fueron reubicando en Museos de arte y Ciencias Naturales.
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