Voy
conduciendo, no tengo prisa. En la radio de repente suena una canción que no
esperaba y que me encanta; me sube la adrenalina y no puedo evitar pisar el
acelerador para sentir un segundo la sensación de peligro, sigo el ritmo con
golpecitos en el volante mientras un riff guitarrero me desgarra en lo más
profundo.
La
sensación tan placentera me traslada, pero no es como otra veces que una
canción te lleva al pasado, esta vez conecto en el presente, estoy feliz, no
busco el sentido de las cosas, no necesito una explicación por que la palabra
que me viene es Sentir….
Solo
quiero sentir, SER, ESTAR, EXISTIR, pienso en las pequeñas cosas que me hacen
feliz, soy consciente de que no vendrán tiempos mejores, solo buenos momentos.
Me
gusta cuando voy a la playa, cuando ya casi no queda gente y me quedo un minuto
en la parra colgada de las olas.
Recuerdo
un día en el supermercado, un chico guapo, me dedico una sonrisa, apartó su
carrito para que yo pasara, clavó sus ojos en los míos con una intensidad, como
una vida en un segundo…. Se me erizó la piel.
Una
vez me cogiste de la mano, me apretaste para que no me soltara, tirabas de mí y
me pedías que no me quedase atrás, pero desperté y durante el día se iba
desvaneciendo el recuerdo y yo me aferraba a la dulce sensación para conservar
mi sueño.
Sigo conduciendo por pura inercia, es una mañana fría
pero entre los cristales entra un solecito de esos que calienta el corazón.
Miro por el retrovisor, el paisaje se hace lejano y aunque
la canción termino hace rato yo sigo tarareándola, se que no me abandonara en todo el día y constantemente seguiré con la
melodía en mi mente.
Mientras sigue deslizándose la carretera me abro
paso entre pensamientos sin sentido, uno da paso a otro…. me viene el aroma a
canela y recuerdo a mi abuela cuando nos
hacia arroz con leche, empiezo a recordar cosas de la infancia como cuando íbamos
en el coche, llovía y nos dedicábamos a perseguir las gotas de lluvia en el
cristal de la ventanilla.
Inconscientemente aspiro y me llega el olor a tierra
mojada. Sigo pensando en la lluvia, cuando estoy en mi duerme vela con ese
dulce sopor y en la calle llueve y te la imaginas desierta, mojada y fría pero estas
en tu sensación apacible, te invade el sueño, te envuelves con placer en tus
calientes sabanas y te abrazas a la almohada.
Sueño despierta con esa calle solitaria y mojada; aparecemos tú y yo caminando bajo la lluvia
como en la peli, te pones a bailar y me haces reír; de repente me miras, me coges
por la cintura y me besas es cuando me doy cuenta he llegado a mi destino,
aparco el coche y me pregunto como he llegado hasta aquí.
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