Hay Veces que una canción te entra hasta la médula, hoy eres esa canción, tu estado interior vibra igual, al unisono. Te invade y te llena; machaca y arrastra; eleva, glorifica y construye; maltrata y cura.
Recordando Este temazo, uno de los discos de la banda sonora de mi vida.
"Toco tu boca, con un dedo toco el
borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por
primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo
todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano
elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana
libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un
azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por
debajo de la que mi mano te dibuja.
PICASSO
Me miras, de
cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos
miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí,
se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se
encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la
lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene
con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu
pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como
si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de
fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un
breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es
bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento
temblar contra mí como una luna en el agua."