Solo nos preocupaba el sol y aquella chica. Moríamos
de amor y nos besábamos intentando que aquel instante durase para siempre.
Vagones de tren abandonados, escondites
secretos, besos robados.
Vías muertas ahora camino de paseantes relajados. Pasarán sin saber lo especial que aquel lugar fue para nosotros.
Raíles y el sonido de un tren en tu presente que
te arrastra a unas vías del olvido, viejas vigas carcomidas, cubiertas de
hierbajos, desiertas. Nostalgias del pasado se desvanecen con un ápice de su existencia en tu futuro.
Caminos de hierro que te llevaron a
estaciones equivocadas, trenes que se fueron. El verano, tú y una canción, un
tipo cantando a la fugacidad, una guitarra que pide encontrar la manera hacer que
ese verano se detenga.